En los últimos años se ha visto una tendencia clave en la moda: lucir camisetas con logos de marcas. Y es que, las marcas vivieron su esplendor en los años ’80 y ’90, en pleno ‘boom’ económico y cayeron cuando la ostentación empezó a estar mal vista. Ahora despiertan después de un largo letargo, dispuestas a reivindicar su viejo protagonismo.
Es una tendencia que estuvo y que nunca se fue del todo, y ahora emerge cuando menos se las espera: una tendencia recurrente. Una de las marcas originarias de este fenómeno es, por supuesto, Coca-Cola con sus tan populares camisetas. No obstante, no han sido los únicos, DHL se ha subido al carro de las camisetas personalizadas, también Google, UPS e incluso Balenciaga lanzó una bolsa promocional azul al más puro estilo de Ikea.
De la mano de una industria que ha tomado por causa común el exhibicionismo, la logomanía ha lanzado un guiño a las nuevas generaciones de bloggers e influencers, aquellos que solo habían conocido el perfil más discreto de la moda.
Esto ha relucido tras un momento en el que los logos habían quedado relegados al forro de las prendas o a los bolsillos interiores, pero el minimalismo ha terminado. Hay marcas encantadas de darse a conocer y autopublicarse y es que, no es para menos, se debe estar orgulloso de ‘quién se es’ y, de la misma manera, de ser ‘fan’ de una marca.
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