Cuando llega la Navidad, las empresas sostienen nuevas oportunidades para conectar con sus clientes. Es la época del espíritu navideño, de las felicitaciones, de los regalos, de las postales navideñas, de los amigos invisibles; en definitiva, es el momento perfecto para ofrecer algo más a los consumidores. ¿Qué mejor momento para conectar y fidelizar?
Hemos hablado en diversas ocasiones sobre los beneficios que traen los regalos publicitarios ya que pueden ser una manera de estimular la venta de otros productos, una vía para establecer campañas promocionales y conectar mejor con los consumidores, obtener una mayor visibilidad…
En definitiva, hay múltiples razones por las que son importantes los artículos promocionales en Navidad. Aunque hay muchos artículos relacionados directamente con la Navidad, también es cierto que hay productos que están consiguiendo mayor protagonismo en estas fechas, como pueden ser los artículos tecnológicos o los regalos corporativos que son respetuosos con el medio ambiente. Pero, las empresas, a la hora de establecer qué quieren lanzar como regalo corporativo, tienen que pensar en sus límites, en lo que puede hacer cada una y lo que no y, a partir de ahí, establecer su estrategia.
El primero es justo el comprar regalos publicitarios que acabarán directamente en la papelera. Ahí están los artículos recurrentes, los productos con un logo inmenso y poco atractivo, las cosas que no se sabe muy bien para qué sirven o directamente, a nuestro público objetivo, no le sirven para nada.
Los regalos deben ir más allá de todo esto y deben pensar qué pueden aportar al receptor. Así que conocer a la persona que va a recibirlo es esencial, no se puede dar el mismo regalo a todo el mundo, hay que pensar en artículos que el cliente realmente vaya a apreciar de verdad.
Por otra parte, los regalos corporativos son también una oportunidad para conectar con los empleados.
Lo clásico entre este grupo siempre ha sido la cesta de Navidad, con los productos típicos que todo el mundo identifica, pero esto no implica que deba ser el regalo corporativo siempre recurrido. Se puede ir más allá y convertir el regalo de Navidad en una oportunidad para establecer vínculos más sólidos con los empleados.
Así que, de la misma manera como ocurre con los regalos publicitarios para consumidores, las empresas deben comprender cómo son sus trabajadores y qué es lo que les conecta con ellos.
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Publiregal
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